¡Bienvenidos!

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La palabra PARROQUIA viene del griego oikos, que es la casa.
Significa para nosotros que no somos individuos, sino una comunidad. Pero significa también que estamos aquí de paso, y que nuestro hogar verdadero y definitivo está en el cielo.

Somos una Parroquia pequeña, ubicada en el barrio Valdezarza de Madrid.
Abrimos nuestras puertas a todos los diferentes grupos, en los cuales desde los niños y niñas hasta los adultos mayores son incluidos, tomados en cuenta e importantes para desarrollar y sacar adelante el proyecto de la Nueva Evangelización que fija su mirada en la familia y en todos como miembros de un hogar.

Así mismo, es un espacio espiritual que brinda catequesis infantil, acompañamiento para los grupos de adultos, siempre con el deseo de estar en cercanía y comunión con DIOS y con los demás mediante los Sacramentos y diferentes actividades.

“La comunidad eclesial, aun conservando siempre su carácter universal, encuentra su dimensión más visible e inmediata en la parroquia. Es la última localización de la Iglesia; es, en cierto sentido, la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas (…) La parroquia no es principalmente una estructura, un territorio, un edificio; ella es la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad, es una casa de familia, fraterna y acogedora, es la comunidad de los fieles.”
(Christifideles Laici 26)

Nuestra Parroquia acompaña a las personas y familias a lo largo de todos los momentos de su vida, en la formación y crecimiento de su fe. Es el centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y movimientos.

En su primera Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, el Papa Francisco deja entrever su visión del modelo parroquial para este Tercer Milenio:

“A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es COMUNIDAD DE COMUNIDADES, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero.”
(Evangelii Gaudium 28)